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miércoles, 7 de abril de 2010

El Servicio de una mujer que ama a DIOS.

María de Betania siguió a Cristo por amor
Jueves cuarta semana de Cuaresma. Jesús, cuando ve un alma generosa no la deja en buenos deseos sino que la une a Él.


María de Betania siguió a Cristo por amor
Reflexionaremos en el gesto que tiene María de Betania con Jesucristo nuestro Señor cuando ella unge a Jesús, según narra San Juan. Este Evangelio, en el que María realiza la unción de Jesús, nos habla de una mujer que ha puesto totalmente, sin reticencias de ningún tipo y con mucha firmeza, su corazón en Jesucristo. Lo que la lleva a dar testimonio público de agradecimiento para nuestro Señor.

Esta mujer se presenta ante el mundo como fiel seguidora de Jesucristo. Es un gesto de amor, de gratitud, pero que en el fondo, es un gesto profundo de compromiso; porque la unción compromete a María a estar cada vez más cerca de Cristo.

¿Cuáles son los detalles que María de Betania muestra? Delante de todos, toma una libra de perfume de nardo puro, muy caro, unge los pies de Cristo y los seca con sus cabellos. No mide su gratitud con Aquél que es objeto de su amor. Es alguien que está convencida del bien que Cristo ha hecho en su vida, porque Cristo ha hecho un cambio profundo en ella. Detrás de todo está la sensibilidad profunda que la lleva a no medir su gratitud.

El gesto de la mujer, que es el gesto de una profunda gratitud, es el fruto de un corazón comprometido, que no sólo quiere recibir, sino dar agradecimiento. Esta dimensión cambia totalmente el gesto, porque hace de un gesto común, un detalle de amor, de donación personal, de compromiso.

Siendo Jesús un hombre discreto, que no gusta de honores, deja que María lo haga, porque Jesús ve en su corazón el compromiso personal que ella tiene con Él. Dice Jesús: “Déjala que lo guarde para el día de mi sepultura”, la estoy uniendo al misterio más grande, que es mi donación personal por la salvación de los hombres. Jesús une ese darse de María de Betania al misterio de su cruz, al gesto de su don personal en la cruz; hace que esa mujer se asocie al don que Él va a dar en la cruz. Jesús llama de esta forma al amor a María de Betania: la llama a seguirlo con decisión hasta la sepultura; hasta compartir con Él el misterio de su pasión.

Así es Jesús. Jesús, cuando ve a un alma generosa no la deja en buenos deseos sino que la une a Él. Esto es lo que el Señor ve en todas las almas a las que llama a un mayor compromiso, a las que pide un paso más de entrega: ve un corazón como el de María de Betania.

“A Mí no siempre me tendréis”. Ésta es la segunda dimensión con la que Jesús mira a María de Betania. La dimensión de una mujer que ha captado que seguir a Cristo es un compromiso exigente, firme, sin remilgos. María quizá no había entendido quién era Cristo, pero había experimentado que seguirlo a Él no puede dejar indiferente su vida, que para seguirlo tiene que transformar hasta las fibras más íntimas de su corazón. Es un implícito acto de adoración a Cristo, de adoración a Alguien que la une a su misterio doloroso, a su misterio de don al hombre, a Alguien que se convierte para ella en una persona.

Cristo es una persona que me ha unido a su misión redentora y que además es mi Señor. Al ser llamados, no nos podemos quedar con el buen deseo de amarlo, tenemos que llegar a la dimensión de que Cristo es el Señor, el Creador Todopoderoso, y que, además, me ha querido unir a su don a la humanidad, al misterio de salvación que es su entrega por cada uno de los hombres.

Si es grande el misterio de su llamada, es más grande el misterio de la respuesta de María, que se entrega en ese momento, se pone a su disposición ante la llamada a hacer del amor a Cristo un amor personal, y hacer de la decisión por Cristo una opción y una decisión eficaz, sin otro límite que el del propio corazón. Esta opción nace de la conciencia profunda de haber hecho la experiencia profunda de Cristo en su alma.

El gesto de María no tendría sentido si no fuera fruto del conocimiento personal de su opción por Cristo. Los gestos debemos llenarlos de sentido. Nuestra opción por Cristo debe tener un sentido en todas partes: en casa, en el apostolado, en la sociedad, porque los mismos gestos tienen diferente contenido, porque es una opción ofrecida a Jesucristo nuestro Señor por amor a Él.

Cada uno de nosotros tiene que ser consciente de que, por el bautismo, es una persona más unida a Cristo, porque en cada gesto, en cada detalle que hace, hay una particular donación de su vida a Jesucristo.

En nuestras vidas hay los mismos gestos, pero el amor es diferente, porque amamos con más profundidad, porque hemos sido unidos más a la sepultura del Señor, a la redención de Cristo, al misterio de la salvación de la humanidad.

Cristo es dado a la humanidad. En cierto sentido, María de Betania, por su experiencia de Cristo, es también dada a Cristo. María es de Cristo porque ha tocado, ha descubierto la dimensión personal del Señor, y para ella ser cristiana no es pertenecer a una religión, sino enamorarse de una persona, tener arraigada en el corazón a una persona. Ser cristiano es seguir a Cristo, es amar a una persona, seguirla y vivir según esa persona. Es un compromiso distinto, sobre todo cuando vemos que el compromiso nace de dos dones: el don de Cristo a mi vida y el don de mi vida a Cristo para la salvación de la humanidad, en mi ambiente, en mi casa, con los míos.

Pidámosle a Jesucristo que la unción en Betania tenga sentido en nuestras vidas, porque de la opción personal por Cristo depende todo lo que hagamos. Debemos ver a María de Betania como la mujer que ve a su Señor, se une a Él, se acerca a Él y lo experimenta personalmente.

viernes, 19 de febrero de 2010

Frases de San Agustín


FRASES DE SAN AGUSTÍN
tomado de http//:agustinosrecoletos.com

¿Quién es el que no avanza? Quien se cree sabio; quien dice: "Me basta con lo que soy"...



Nadie cree, pues, sin haber sido llamado, pero no todos los llamados creen



Yo, que esto escribo, amé ardientemente la perfección de la que habló el Señor cuando dijo al adolescente: "Ve, vende cuanto tienes y dalo a los pobres..."

No es por la distracción, sino por la atención como yo camino hacia la palma de la vocación de lo alto



Esta santificación se concede a los justos; mas para que se santifiquen precede la vocación, la cual no dimana de los méritos, sino de la gracia de Dios



Ahora piensas seguir a Cristo, esto propusiste, esto elegiste, este es tu juicio...

La espada espiritual que separa es más fuerte que la naturaleza carnal que une

¿De qué te sirve conocer, si eres perezoso en elegir?

Al acercarse alguno al servicio del Señor, reconozca que penetró en el lagar; será, pues, atribulado, quebrado, comprimido; no para perecer en este mundo, sino para que corra hecho líquido a las bodegas del Señor

... ¿Qué ha de decir? "Seré prudente, no admitiré a ninguno malo". ¿Cómo no has de admitir a ningún malo? "No admitiré a ningún hombre malo, a ningún hermano malo que pretenda entrar. Con pocos buenos me irá bien". ¿Cómo sabes a quién has de excluir? Para que se conozca al malo, debe ser probado dentro

Mucho deja, hermanos míos, mucho deja el que no sólo deja cuanto tiene, sino también cuanto desea tener



Los que quieren seguir a Dios, lo hacen preceder y ellos le siguen; no anteceden ellos y les sigue Dios...

¿Qué elegimos, a no ser que antes seamos elegidos nosotros?



Si Cristo hubiese elegido primeramente al orador, diría éste: "He sido elegido por mi elocuencia". Si hubiese elegido a un senador, diría: "He sido elegido por el mérito de mi dignidad". Por fin, si hubiese elegido emperador, podría decir: "He sido elegido en atención a mi poder". Estén tranquilos los tales y aguarden un poco;...

"Te seguiré, Señor, pero permíteme ir antes a dar sepultura a mi padre"... Cosa piadosa era lo que quería hacer, pero el Maestro le enseñó lo que debía anteponer. Quería que él fuera predicador de la palabra viva para hacer vivos a quienes habían de vivir



Si no quieres hacer lo más, haz lo menos. Si es excesivo para ti el peso de lo mayor, toma lo menos al menos... Las mayores son: "Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y sígueme". Las menores: "No matarás, no adulterarás,...



Sólo está excluído de la llamada del Señor aquel que no se afana en este mundo



Duro y pesado parece el precepto del Señor, según el cual quien quiera seguirle ha de negarse a sí mismo. Pero no es duro y pesado lo que manda aquel que presta su ayuda para que se haga lo que manda



Escuchad lo que Dios me ha inspirado sobre este capítulo del Evangelio (Lc. 9,57©62). En él se lee cómo el Señor se comportó distintamente con tres hombres. A uno que se ofreció a seguirlo lo rechazó; a otro que no se atrevía lo animó a ello; por fin, a un tercero que lo difería lo censuró



Que nadie, por ende, diga: "Dios me llamó porque le rendí culto". ¿Cómo le hubieses rendido culto si no hubiera precedido su llamada?



Advierte que, cuando fuiste llamado, al menos ya existías. La predestinación es previa a la existencia

No eligió a reyes, ni a senadores, ni a filósofos u oradores, antes bien, eligió a plebeyos, a pobres, a ignorantes y pescadores. Pedro era un pescador; Cipriano, un orador. Si no hubiese precedido con su fe el pescador, no le hubiese seguido con humildad el orador

Observad, carísimos, que no elige a los buenos, sino que hace buenos a quienes ha elegido



Solemos decir, al recibir huéspedes desconocidos, que es mejor tolerar a un mal individuo que, por miedo de recibir al malo, excluir quizá al bueno sin saberlo..

Es menester, hijo, que tengas la sabiduría para perseverar, como la tuviste para elegir. Sea fruto de tu sabiduría el saber de quién es ese don



Si te tienes por recluta de Cristo, no abandones el campamento, en el que has de edificar aquella torre de la que habla el Señor en el Evangelio...



Cuando en el camino de Dios se rehúyen con miedo cobarde las cosas más fáciles y fructíferas, en el camino del mundo se toleran con trabajo agobiador las cosas más duras y estériles



Nadie puede seguir el ideal de nuestra vocación sin aborrecer lo que fue un obstáculo para ella



Un bien era, sin duda, el que realizaban las dos hermanas que a su costa proporcionaban a Cristo y sus discípulos lo que les era necesario; pero un bien más excelente es aún el de los que todo lo abandonaron, quedando así más expeditos y libres para poder seguir a nuestro Señor

"Yo os elegí del mundo". Luego eran del mundo: precisamente para que no fuesen del mundo fueron elegidos del mundo

Si Cristo eligió a los apóstoles por ser justos, antes lo eligieron ellos a El para poder ser elegidos justos, pues sin El no lo fueran. Mas no sucedió así, puesto que El les dijo: "no me elegísteis, sino que os elegí a vosotros

Amarás tu persona si amas a Dios con toda tu persona

Antepón la voluntad de Dios; aprende a amarte, no amándote

Si atiendes a las personas, la caridad castiga, la iniquidad acaricia. Atended a lo que os recomendamos; no se distinguen los hechos de los hombres a no ser por la raíz de la caridad. Pueden hacerse muchas cosas que en apariencia son buenas, pero no proceden de la raíz de la caridad

¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé. He aquí que tú estabas dentro de mi y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no lo estaba contigo
Serás un niño necio en la casa de tu padre si amas al padre cuando te acaricia y lo odias cuando te castiga

Nuestro Dios está lleno de amor; pero parece que no nos oye, con el fin de sanarnos y perdonarnos para siempre

No es casto el corazón que ama a Dios por la recompensa

Sobremanera me hace vacilar el amor y el temor de Dios: el temor de Dios, porque es justo; el amor, porque es misericordioso

Para que tú ames a Dios es necesario que more Dios en ti, que su amor te venga de él y se vuelva de ti a él; o sea, que recibas su moción, ponga en ti su fuego, te ilumine y levante a su amor

A Dios no se le ama sino desde Dios
Dios ama, pues, a los pecadores en cuanto hombres, aunque los odie en cuanto malvados. Así, los malos que Dios odia subsisten en cuanto hombres, porque Dios ama su obra, y son desgraciados porque Dios ama la justicia





Dios, pues, no goza, sino usa de nosotros. Si Dios no goza ni usa de nosotros, no encuentro de qué modo nos ama
Sabio es el que ama a Dios sobre todo, y al prójimo como a sí mismo

El don del Espirtu Santo. Don de Piedad

miércoles, 17 de febrero de 2010

Nuestro Señor Jesucristo y su palabra


Toda la Cuaresma, con su constante invitación a la conversión, es un hermoso recordatorio de cómo Dios nuestro Señor nos quiere, a todos y cada uno de nosotros, plenamente santos, absolutamente santos. “Purifíquense de todas sus iniquidades, renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor”.

La ley de santidad, que nos exige y que nos obliga a todos, se convierte en un imperativo al que nosotros no podemos renunciar. Pero seríamos bastante ingenuos si esta ley de santidad pretendiéramos vivirla alejados de lo que somos, de nuestra realidad concreta, de los elementos que nos constituyen, de las fibras más interiores de nuestro ser. Seríamos ingenuos si no nos atreviéramos a discernir en nuestra alma aquellas situaciones que pueden estar verdaderamente impidiendo una auténtica conversión.
La conversión no es solamente ponerse ceniza, la conversión no es guardar abstinencia de carne, no es sólo hacer penitencias o dar limosnas.
La conversión es una transformación absoluta del
propio ser.
“Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud de la justicia, él mismo salva su vida si recapacita y se aparta de los delitos cometidos; ciertamente vivirá y no morirá”. Esta frase del profeta Ezequiel nos habla de la necesidad de llegar hasta los últimos rincones de nuestra personalidad en el camino de conversión.
Nos habla de la importancia de que no quede nada de nosotros apartado de la exigencia de conversión.
Y si nosotros quisiéramos preguntarnos cuál es el primer elemento que tenemos que atrevernos a purificar en nuestra vida, el elemento fundamental sin el cual nuestra existencia puede ver truncada su búsqueda de santidad, creo que tendríamos que entrar y atrevernos a examinar nuestros sentimientos.

¡Cuántas veces son nuestros sentimientos los que nos traicionan! ¡Cuántas veces es nuestra afectividad la que nos impide lograr una real conversión! ¡Cuántos de nosotros, en el camino de santidad, nos hemos visto obstaculizados por algo que sentimos escapársenos de nuestras manos, que sentimos írsenos de nuestra libertad, que son nuestros sentimientos!
Los sentimientos, que son una riqueza que Dios pone en nuestra alma, se acaban convirtiendo en una cadena que nos atrapa, que nos impide razonar y reaccionar; nos impiden tomar decisiones y afirmarnos en el propósito de conversión.
La penitencia de los sentimientos es el camino que nos tiene que acabar llevando en todas las Cuaresmas, más aún, en la Cuaresma continua que tiene que ser nuestra existencia, hacia el encuentro auténtico con Dios nuestro Señor Jesucristo, en el Evangelio, nos habla de la importancia que tiene el ser capaces de dominar nuestros sentimientos para poder lograr una auténtica conversión.
La Antigua Ley hablaba de que el que mataba cometía pecado y era
llevado ante el tribunal, pero Cristo no se conforma simplemente con esto; Cristo va más allá en lo que tiene que ir haciendo plena a la persona.
Jesucristo nos invita, como parte de este camino de conversión, a la
purificación de nuestros sentimientos, a la penitencia interior cuando nos dice:
“Todo el que se enoje con su hermano, será llevado hasta el tribunal”.



En cuántas ocasiones nosotros buscamos quién sabe qué mortificaciones raras y andamos pensando qué le podríamos ofrecer al Señor, y no nos damos cuenta de que llevamos una penitencia incorporada en nosotros mismos a través de nuestros sentimientos.
No nos damos cuenta de que nuestros sentimientos se convierten en
un campo en el que nuestra vida espiritual muchas veces naufraga.

¡Cuántas veces nuestros anhelos de perfección se han visto carcomidos por los sentimientos! ¡Cuántas veces el interés por los demás, porque los demás crezcan,
por ayudar a los demás, se ha visto arruinado por los sentimientos! ¡Cuántas veces un deseo de una mayor entrega, un interés por decirle a Cristo «sí» con más profundidad, se ha visto totalmente apartado del camino por culpa de los sentimientos!
No porque ellos sean malos, porque son un don de Dios, y como don
de Dios, tenemos que hacerlos crecer y enriquecernos con ellos. Pero,
tristemente, cuántas veces esos sentimientos nos traicionan. Nuestra conversión,
para que sea verdadera, para que sea plena, tiene que aprender a pasar por el dominio de nuestros sentimientos. Y para lograrlo, la gracia tiene que llegar tan hondo a nuestro interior, que incluso nuestros sentimientos se vean transfigurados por ella.

¿Cuál es el camino para esto?
El camino es el examen: “Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene una queja contra ti [...]”. Entrar constantemente dentro de nosotros mismos y vigilar nuestra alma es el camino necesario, ineludible para poder llegar a vivir esta penitencia de los sentimientos.
Es el camino del cual no podemos prescindir para tener bien dominada toda esa corriente que son los sentimientos, de manera que no perdamos nada de la riqueza que ella nos pueda aportar, pero tampoco nos
dejemos arrastrar por la corriente, que a veces puede llevarnos lejos de Dios nuestro Señor.

Para entrar en nosotros es necesario que la memoria y el recuerdo se transformen como en un espejo en el cual nuestra alma está siendo examinada, percibida constantemente por nuestra conciencia, para ver hasta qué punto el sentimiento está enriqueciéndome o hasta qué punto está traicionándome.
asta qué punto el sentimiento está dándome plenitud o hasta qué punto el sentimiento me está atando a mí mismo, a mi egoísmo, a mis pasiones, a mis conveniencias.

Vigilar, estar atentos, recordar, pero al mismo tiempo, es fundamental que el camino de conversión no simplemente pase por una vigilancia, que nos podría resultar obscura y represiva, sino es necesario, también, que el camino de conversión pase por un enriquecimiento. Si alguien tendría que tener unos sentimientos ricos, muy fecundos, ése tendría que ser un cristiano, tendría que ser un santo, porque solamente el santo —el auténtico cristiano— potencia toda su personalidad impulsado por la gracia, para que no haya nada de él que quede sin redimir, sin ser tocado por la Cruz de Cristo.

Cristo, cuando está hablando a los fariseos les dice: “Si su justicia no es
mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán ustedes en el Reino de los Cielos”. No podemos quedarnos con una justicia del «no harás», tenemos que buscar una justicia del «hacer», del llevar a plenitud, del enriquecimiento, que es parte de nuestra conversión.

Y en este sentido, tenemos que estar constantemente preguntándonos si ya hemos enriquecido todos nuestros sentimientos: el cariño, el afecto, la ternura, la compasión, la sensibilidad;
todos los sentimientos que nosotros podemos tener de justicia, de interés, de preocupación; todos los sentimientos que podemos tener de acercamiento a los demás, de percepción de las situaciones de los otros. ¿Hasta qué punto nos estamos enriqueciendo buscando cada día darle más cercanía a la gracia de Cristo?

Dice el salmo: “Perdónanos Señor y viviremos”. En estas tres palabras podríamos encerrar esta penitencia de los sentimientos. Que el Señor nos perdone, es decir, que nos purifique. Llegar a limpiar los sentimientos de todo egoísmo, de toda preocupación por nosotros mismos, de toda búsqueda interesada de nosotros.
Pero no basta, hay que vivir de ese perdón; de esa purificación tiene que nacer la vida y tiene que nacer un enriquecimiento nuestro y de los demás.





El camino de conversión es difícil, exige una gran apertura del corazón, exige estar dispuestos, en todo momento, a cuestionarnos y a enriquecernos.
Hagamos de la Cuaresma un camino de enriquecimiento, un camino de encuentro más profundo con Cristo, un camino en el que al final, la Cruz de Cristo haya tocado todos los resortes de nuestra personalidad.


El Niño que nace de Maria es el hijo de Dios que asumió carne humana para ofrecerse en sacrificio.
El mundo ha comenzado a salvarse desde el momento en que el Verbo se hizo carne.
En las extrañas de Maria ha comenzado la salvación del mundo que se va a consumar en la Cruz del Calvario.
Por medio de Maria, el hijo de Dios se hizo carne, entró a formar parte de un pueblo.
Maria enlaza el cielo con la tierra.
Maria nos enseña hoy que el proyecto salvador de Dios, porque asi él lo quiso, requiere la colaboración de los hombres.
Acojamos la invitación que Dios nos hace hoy, mediante el ejemplo de Maria. y cooperemos con la obra de nuestra salvación.


He aquí una observación llamativa: cuando alabamos a Dios o le damos gracias por sus beneficios en general, no estamos preocupados por saber si esta oración le es agradable.
Por el contrario, cuando pedimos, exigimos ver el resultado.
¿Cuál es entonces la imagen de Dios presente en este modo de orar: Dios como medio o Dios como el Padre de Nuestro Señor Jesucristo?

¿Estamos convencidos de que nosotros no sabemos pedir como conviene' (Rm 8, 26)?
¿Pedimos a Dios los 'bienes convenientes'?
Nuestro Padre sabe bien lo que nos hace falta antes de que nosotros se lo pidamos, pero espera nuestra petición porque la dignidad de sus hijos está en su libertad.
Por tanto es necesario orar con su Espíritu de libertad, para poder conocer en verdad su deseo.

Jesús ora también por nosotros, en nuestro lugar y en favor nuestro.
Todas nuestras peticiones han sido recogidas una vez por todas en sus Palabras en la Cruz; y escuchadas por su Padre en la Resurrección: por eso no deja de interceder por nosotros ante el Padre.
Si nuestra oración está resueltamente unida a la de Jesús, en la confianza y la audacia filial, obtenemos todo lo que pidamos en su Nombre, y aún más de lo que pedimos: recibimos al Espíritu Santo, que contiene todos los dones.





1. ¿Qué es la Biblia?
La Biblia es la colección de 73 libros llamados, libros Sagrados, escritos por inspiración de Dios y que contienen la palabra de Dios revelada a los hombres.
2. ¿Quién escribió la Biblia?
Dios es el autor principal de la Biblia y para escribirla se sirvió de los hombres que ÉL mismo fue escogiendo a través de la historia de la Salvación.
3. ¿En qué lengua fue escrito la Biblia?
La Biblia fue escrita parte en hebreo, parte en arameo y el resto en griego.
4. ¿En cuanto tiempo se escribió la Biblia?
La Biblia se escribió en un periodo que va, desde la época de Moisés hasta la muerte del apóstol San Juan.
5. ¿Cómo se divide la Biblia?
La Biblia se divide en Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
6. ¿Cuántos libros tiene la Biblia?
El Antiguo Testamento tiene 46 libros y el nuevo Testamento 27.
7. ¿Cuál es el núcleo central de la Biblia?
El núcleo central de la Biblia es Jesucristo.
El Antiguo Testamento prepara su venida y el nuevo Testamento nos cuenta su aparición en el mundo y su obra redentora.
8. ¿Cómo nació la Biblia?
La Biblia nació de la necesidad del pueblo escogido de transmitir a otros la voluntad de ser fieles a Dios.
9. ¿Para qué se escribió la Biblia?
“Las cosas del pasado acontecieron y fueron escritas para nuestra instrucción, para nosotros que estamos viviendo en este fin de los tiempos”. (1Co. 10,11).
10. ¿Cuál es el pueblo elegido por Dios?
El pueblo elegido por Dios es el pueblo de Israel.
11. ¿Hizo Dios una alianza con este pueblo?
Si, Dios hace una alianza con este pueblo.
Primero con Abraham, Isaac y Jacob, la que después se confirmó con Moisés en el monte Sinaí.
Y fue renovada y convertida en alianza nueva y eterna por Jesús en la Última Cena.
12. ¿Qué era la Biblia para el pueblo de Israel?
La Biblia era la historia del pueblo y de la alianza que Dios había hecho con él.
13. ¿Cuáles son los cinco Primeros libros de la Biblia?
Los cinco primeros libros de la Biblia son: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
14. Cómo se dividen los libros del Antiguo Testamento?
Los libros del A. T. se dividen en históricos, didácticos y proféticos.
15. ¿Qué es la divina inspiración?
Es una iluminación del entendimiento y una moción de la voluntad para que el escritor sagrado escriba aquello que Dios quiere que quede escrito.
16. ¿Tiene errores la Biblia?
La Biblia no es libro científico, sino teológico, y como tal no tiene ningún error porque Dios, que es la suma verdad es su autor principal.
17. ¿Qué caracteriza los escritos Bíblicos?
Los géneros literarios.
18. ¿Todo debe interpretarse igual?
No, cada texto en su contexto, su género literario y en la fe viva de la Iglesia guiada por el magisterio de su jerarquía.
19. ¿Cuántos sentidos podemos encontrar en la Biblia?
En la Biblia podemos encontrar:
- El “sentido literal” que la palabra tiene dentro de su contexto.
- El “sentido típico”, cuando los hechos o personas del Antiguo Testamento se refieren a los misterios del N.T.
- El “sentido adaptado” que se da cuando se aplica un texto Bíblico a un acontecimiento diferente de aquel que el autor sagrado ha querido significar.
20. ¿Cómo debemos leer la Biblia?
Debemos leer la Biblia no como la palabra del hombre, sino como palabra de Dios.
21. ¿Hemos de relacionar la Biblia con nuestra vida?
Si. Al leer la Sagrada escritura, hemos de proyectar su luz sobre nuestra vida y sobre las situaciones concretas que se presentan en el diario vivir.
22. ¿Con qué ejemplo podríamos ilustrar esto?
Con el ejemplo de la luz y de la sal, con un poquito de sal toda la comida adquiere buen sabor y con la luz de una vela o de una lámpara una pieza.
Así la palabra de Dios debe proyectarse sobre nuestra vida diaria a fin de que toda nuestra existencia quede iluminada con la Luz de Cristo.
23. ¿Cuáles son los libros más importantes del Nuevo Testamento?
Los libros más importantes del Nuevo Testamento son los cuatro evangelios porque nos cuentan la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, su doctrina y su mensaje.
24. ¿Qué contienen los Hechos de los Apóstoles y las Cartas Apostólicas?
Los Hechos de los Apóstoles y las Cartas Apostólicas contienen las enseñanzas y la actividad misionera de la primitiva Iglesia.
25. ¿Qué tiene de especial el N.T. con relación al Antiguo Testamento?
El Nuevo Testamento perfecciona el Antiguo Testamento.
26. ¿Cuándo termina la revelación de Dios en el Nuevo Testamento?
La revelación de Dios en el nuevo Testamento termina con la muerte del último Apóstol.
27. ¿Hubo evolución doctrinal y litúrgica del Antiguo Testamento al Nuevo?
Si, ha habido una muy grande evolución de la doctrina y la liturgia.
28. ¿Es importante esta evolución?
Si, y siempre hay que tenerla en cuenta para no interpretar mal la Biblia.
29. ¿Por qué se produce esta evolución litúrgica, doctrinal y de práctica de fe?
Porque Dios se revela en la historia y el hombre acoge la revelación en el proceso histórico que vive, por eso, todo el A.T. debe ser interpretado a la luz de todo el N.T. y de la tradición viva de la Iglesia.
30. ¿Qué existía desde que murió y resucitó Jesús hasta que se escribió el N.T.?
Todo el antiguo Testamento y la tradición viva de la Iglesia protegida por los apóstoles y se han reunido para interpretarla correctamente, en casos especiales, como en el concilio de Jerusalén.
Lo mismo han hecho los Obispos, cuando había dificultades de fe, en sucesivos concilios ecuménicos y el papa confirmaba la doctrina de los concilios.
31. ¿Cuáles son las doctrinas que han evolucionado?
Son muchas y todos nos afectan de alguna manera en la fe, por eso debemos saberlas.

Aquí Van algunas:

32. De Dios Uno a Dios Trino
En el A:T, Dios se da conocer en su Unidad: Yahvé es única divinidad.
En el N.T, Jesús nos reveló que Dios es trinidad de personas
La palabra Trinidad no está en la Biblia, pero el contenido si.
Jesús nos manda “Bauticen el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Así el N.T. completa la revelación del A.T., Dios no es solitario, sino Trinidad de personas Divinas.
33. De Yahvé a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Como Dios Uno revela su nombre a Moisés: Yahvé (Ex. 3), pero como trinidad de personas es revelada por Jesús; Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El N.T. completa la revelación de Dios.
34. De la Circuncisión al Bautismo.
El signo de la integración en el pueblo de Israel era la circuncisión.
En el nuevo es el Bautismo el signo de la integración al nuevo pueblo de Dios, la Iglesia Una, Santa, católica y Apostólica.
35. De los sacrificios de los animales al Único Sacrificio de Cristo en la Cruz.

En el A.T. los sacrificios ofrecidos a Dios eran de animales.

En el N.T. el único sacrificio aceptable al padre es la ofrenda de obediencia de su propio Hijo en el Espíritu Santo y así la Eucaristía en comunidad es el centro de la vida cristiana de la Iglesia.
36. De la prohibición de algunos alimentos al comer de todo dando gracias a Dios.
Muchos alimentos estaban prohibidos en el A.T.
En el N.T. Jesús enseña que los alimentos no manchan al hombre sino lo que sale del corazón humano es lo que mancha al hombre.
Pueden comer de todo lo que se vende en el mercado dando gracias a Dios.
37. De la Poligamia y el divorcio fácil a la unidad y la indisolubilidad matrimonial exigida por Jesús (Mc. 10, 1-12)
38. De las promesas a la realidad.

El A.T. es tiempo de promesa del Mesías.

El N.T. es el tiempo de la manifestación del Mesías, cumplimiento de la promesa de salvación.

El A.T.es la sombra de la realidad que es el N.T.

1- El Libro Sagrado

La Biblia es el libro Sagrado de los cristianos, a través del cual Dios se manifiesta a si mismo.
Es el libro de la revelación de Dios, pero no pensemos que Dios personalmente ha escrito este libro, sino que se lo ha inspirado a diversos hombres por ÉL elegidos.
El Concilio Vaticano recomienda a todos los cristianos la lectura frecuente de las Sagradas Escrituras porque, como dice San Jerónimo: “Ignorar las escrituras es ignorar a Cristo”

Y añade el Concilio:

“pero no olviden que la lectura de la Sagrada Biblia debe ser acompañada por la Oración para que se entable diálogo entre Dios y el hombre; porque a ÉL hablamos cuando oramos y a ÉL oímos cuando leemos las palabras divinas”.
Siempre es conveniente invocar al Espíritu Santo para que ilumine nuestro corazón, para entender la palabra de Dios.
De ahí se sigue que la sagrada escritura deberá estar en cada hogar y, a ser posible, en un lugar distinguido.

2. Es el centro de nuestra vida

La biblia debería ser el centro de nuestra vida, es el pan de la palabra, nuestro alimento; sus páginas nos invitan a aceptar a Jesús en nuestra vida como salvador, a ser sus testigos en todo tiempo y lugar.

La palabra de Dios no es cosa sólo del pasado, es Dios mismos que habla a los hombres de hoy, a los campesinos, a los pescadores, y a los gobernantes, a los sacerdotes y a todo el pueblo de Dios.

Cuando el señor habla es para decirnos algo, su palabra tenemos que hacerla nuestra.

Cuando los primeros cristianos oían la palabra de Dios decían: “Entonces ¿qué tenemos que hacer?” (Hech 2. 37).

Esta debería ser nuestra actitud cada vez que meditamos un punto de las escritura.

La Biblia debería ser nuestro libro de cabecera, el libro de todos los cristianos y especialmente de los catequistas, animadores de comunidades y de todas las personas que desempeñan un servicio dentro de la comunidad de fe (profesores, hermandades, rezadores, acólitos, lectores, consejo pastoral, etc.

3. Un Libro para orar

La Biblia es antes que nada, un libro para orar, A través de sus páginas conocemos la obra del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Los relatos y las enseñanzas Bíblicas nos ponen en contacto con Dios, sentimos su presencia, sobre todo al Constatar que Dios sigue actuando hoy también en la historia.

De entre todos los libros de la biblia hay uno que nos ayuda muy especialmente para orar, es el libro de Salmos.



4. Antiguo Testamento




El Antiguo Testamento parte con la Creación del Mundo, la Historia del pueblo escogido, los Salmos, los Proverbios y los libros Proféticos hasta llegar a la inminente aparición del Mesías.


Podríamos decir que todo el Antiguo Testamento es una preparación a la llegada del Mesías.


La lectura de estos libros nos ayuda mucho a entender la obra de Dios Padre como Creador del Mundo y los primeros pasos hacia la redención de todo el género humano.


El Antiguo Testamento comprende los libros inspirados por Dios y escritos antes de venir al mundo Jesucristo, suman en total 46 libros.

5. Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento comprende los libros inspirados por Dios y escritos después de la venida de Jesucristo al mundo.


Suman en total 27 libros.


De entre ellos sobresalen los cuatro Evangelios.


La figura central del Nuevo Central es Jesús: su Doctrina, su Mensaje, su Vida, Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión.


Todo esto lo hallamos explicado en los Santos Evangelios.


Los Hechos de los Apóstolesnos recuerdan la vida de los primeros cristianos y los primeros pasos en el anuncio de la Buena Nueva.


La Carta de los Apóstolesson los mensajes dirigidos a las primeras comunidades.


El Apocalipsises un sueño del apóstol Juan, a quien le fue dado contemplar la gloria de Cristo resucitado y el destino de la Iglesia amenazada por las primeras persecuciones.

6. La Tradición Cristiana

La Tradición Cristiana y la Escritura constituyen el depósito sagrado de la Revelación, confiado a la Iglesia.


Por Tradición Cristiana entendemos la predicación apostólica desde sus comienzos hasta nuestros días.


“Esta Tradición Apostólica va creciendo en la Iglesia con ayuda del Espíritu Santo”


“Cuando lo proclaman los Obispos como sucesores de los apóstoles en el carisma de la verdad”


“La Iglesia camina a través de los siglos hacia la plenitud de la verdad, hasta que se cumplan en ella plenamente las palabras de Dios”


De esta manera el mismo Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la esposa de su Hijo amado, la Santa Iglesia, y por ella va introduciendo a los fieles en la verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la palabra de Dios.


Así, fiel al depósito de la fe confiado a la Iglesia,


“el pueblo cristiano entero, unido a sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica y en la unión, en la Eucaristía y la Oración, y así se realiza una maravillosa concordia de pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida”.

7. El Magisterio de la Iglesia

“El oficio de Interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo.


“Así pues, la tradición, la escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el plan prudente de Dios, están unidos y ligados de modo que ninguno puede subsistir sin los otros”.


El Papa y los Obispos ejercen el Magisterio, la custodia del depósito de la fe, a través de los concilios ecuménicos encíclicas, cartas pastorales, exhortaciones apostólicas, y en estos últimos años a través de las conferencias generales de los episcopados.

QUE EL SEÑOR JESUCRISTO LOS BENDIGA A TODOS AMÉN.

lunes, 15 de febrero de 2010

Una mujer al servicio de Dios


María Assunta Pallota: Italiana, de una familia sencilla. Siente la llamada de Dios y ella responde entregándose totalmente, en el Instituto de las Franciscanas Misioneras de María.


Dentro de la formación es una novicia mas, no llamo la atención. Estaba acostumbrada hacer trabajos duros, era pronta a prestar cualquier servicio. Hacia cosas ordinarias como las demás. La diferencia está en que Assunta les dio un matiz especial, amaba al Señor y estaba segura que El quería eso para ella y lo realizaba con amor.


En marzo de 1904, después de los votos perpetuos Assunta recibe la noticia de que esta destinada para ir a la misión de la China. Ella siente una alegría intensa. Será la oportunidad de darse mas, de servir a los hermanos.




Assunta experimenta la cruz con la adaptación, las dificultades en el trabajo, pero todo lo hace “por amor a Dios”.


A finales del 1905 se propaga el tifus. Cincuenta niños del orfanato en el que atiende Assunta se contagian con la epidemia. Las hermanas les atienden y también ellas se contagian. Muere la mas joven. En los primeros días de abril Assunta se pone muy mal. Posteriormente ya no se levantara de la cama. Solo pide que le den la comunión ¡shenti!, repite continuamente. Assunta agoniza, de pronto un perfume suave invade el cuarto. “Olía a violeta” dicen los testigos. Así se va en silencio. Toda la gente acude a “ver el milagro”. El perfume dura tres días en toda la casa.


Casa Provincial: Av.San Martin 551 - Telefono 4770468 - Barranco - Lima
Casa de Retiros: Psje. San Alberto 189 - Telefono 3644913 / 3603588 - Chaclacayo-Lima